Hoy asistí a la proyección de "Palabras de Agujetas", película documental dirigida por Juan López Cepero y presentada en 2018, que trata la figura del cantaor jerezano Antonio de los Santos Bermúdez. Sabía desde el primer momento que iba a encontrarme con algo más que una proyección, que un documental, que una película sobre una biografía y un arte, el flamenco. Lo que no sabía a pesar de la icónica figura de Antonio de los Santos, es que iba a disfrutar y sufrir de esa manera, que solo un cantaor de su talla puede lograr. Al decir eso, bueno, con un cantaor me refiero a un cantaor que es el mismo Antonio "Agujetas". Desde los primeros minutos del largometraje comienza en el salón de actos del Centro Andaluz de Documentación del Flamenco, una sucesoria cadena de suspiros, aquella de los asistentes al contemplar la viva descripción del artista jerezano que gracias a Dios aún conservamos en nuestra tierra. Una especie de chamán que nos redime transmitiendo su dolor del modo que lo hiciera Chavela Vargas, que cuando canta "las amarguras no son amargas". En este caso las amarguras que expresa Antonio a bocajarro son certeramente amargas, más de lo que se puede imaginar que salga por una boca. El amargor de una vida cuyo guión no puede ser alterado pero que a pesar de las vicisitudes no quiere ser finalizado, sino todo lo contrario. Agujetas nos concede el aliento vital de quien vive con el alma al ciento por ciento sin descuidar cada momento vivido, lo deja claro con la mirada imperdible del niño que quizás quiso ser, y que permanece dentro de él. Un niño en el que no se puede buscar la belleza, de la misma forma en que no podemos encontrarla en los famosos caprichos de Goya, una serie de esperpentos que muestran la crudeza de buena parte de la existencia humana. Sin condimentos, obedeciendo a su herencia y a su capricho Antonio interpreta los esperpentos del espíritu, y los lancea con su singular carácter y con una entereza que nos rompe en pedazos y nos sublima a los flamencos, risa y llanto se dan la mano gracias a la saliva curativa que emana de sus labios con cada palabra agujetera.
Gracias Antonio de los Santos y gracias Juan López Cepero por tan auténtico retrato de los pozos ocultos de los que bebe nuestro flamenco. Cuanto río, cuanto llanto, para una sola voz.
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Cartel de la proyección "Palabras de Agujetas" en el CADF |
Cuanta sensibilidad en tus palabras, gracias. Juan López-Cepero
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Juan. Sensible y generoso el prisma con el que ves el mundo.
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